La comunidad educativa marista nos juntamos el día 24 por la tarde para celebrar una eucaristía fraterna como recuerdo y homenaje a nuestro querido y cercano Pepe. Él estuvo durante muchos años, desde su juventud, al servicio del colegio. Él recibió las llamadas de teléfono, acogió a todos los padres del colegio, atendió a todas nuestras necesidades desde su trabajo en portería. Mimó a los niños, les atendió en sus caídas o dolores de cabeza. Pepe fue, ha sido y es para todos un hermano laico marista. En la celebración estuvimos acompañados por su esposa, Victoria, y sus familiares así como por todos los compañeros del PAS, profesores, alumnos y antiguos alumnos, algunos de los cuales dieron su testimonio emotivo y cariñoso. Gracias, Pepe, porque tú has sido una piedra angular en el espíritu marista de la ciudad de Salamanca.
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